Ella lo único que tiene que hacer es estar sentada en la cama con unos osos de peluche y mostrar las tetitas justo cuando unos gordos que se ven en el netmeeting empiezan a babearse.
Anoche la miraba trabajar a la Sofi y me sentía orgullosa… ¡tan chiquita y ya ayudando en casa! Sin que nadie le diga nada a veces saca la lengua y tira besitos, y pone cara como si fuera una secretaria de Sofovich.
Y pensar que yo a la edad de ella la ayudaba a mi mamá a coser vestidos y no me sabía ni limpiar los mocos sola. Es una suerte que en esta época las nenas de doce o trece ya vengan con tetitas, sinó no sé cómo hacíamos el mes que viene para comer. ¡Ay, si el Caio pudiera conseguirse también un laburo!