Al final la Sofi nos va a dar de comer
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Más respeto que soy tu madre

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Hace dos días que la Sofi empezó con su negocio de la webcam y ya le ingresaron 71,50 dólares en su cuenta del Banco Francés, que es más que lo que cobra mi suegro de jubilación por mes. Si pudiera trabajar más horas haría el doble, pero tenemos que coordinarnos para que use la camarita solamente cuando el Zacarías se va al Club Estudiantes a jugar al bingo.

Ella lo único que tiene que hacer es estar sentada en la cama con unos osos de peluche y mostrar las tetitas justo cuando unos gordos que se ven en el netmeeting empiezan a babearse.

Anoche la miraba trabajar a la Sofi y me sentía orgullosa… ¡tan chiquita y ya ayudando en casa! Sin que nadie le diga nada a veces saca la lengua y tira besitos, y pone cara como si fuera una secretaria de Sofovich.

Y pensar que yo a la edad de ella la ayudaba a mi mamá a coser vestidos y no me sabía ni limpiar los mocos sola. Es una suerte que en esta época las nenas de doce o trece ya vengan con tetitas, sinó no sé cómo hacíamos el mes que viene para comer. ¡Ay, si el Caio pudiera conseguirse también un laburo!

Mirta G. de Bertotti
(Personaje de una novela de H. Casciari)