Después de siete años sin escribir de manera periódica, pedí a los oyentes de la radio temas cada viernes por la mañana y escribí historias nuevas, que compilé en Cuentos contra reloj. ¡Gran alivio!
En mi séptimo año sin escribir, todo indicaba que ya no lo haría nunca más. Pero a finales de diciembre pasó algo que me devolvió los dedos a las teclas. Hay solo una historia en esta época, y es única.
Entré en mi sexto año de sequía narrativa y me dediqué a compilar versiones breves y coloquiales de mis historias para ser leídas en menos de cinco minutos. Así nació el libro Una playlist de 125 cuentos.
En medio de la pandemia encontré viejos textos escritos en el siglo veinte. Los leí los sábados, en más de cuarenta streamings, y los compilé en un libro al que llamé Los consejos de mi abuelo facho.
En esta época escribí, junto a Chiri Basilis y Josefina Licitra, reversiones de historias de autores célebres que leí en la televisión de Argentina y compilé más tarde en 100 covers de cuentos clásicos.
En esta época ya llevaba tres años sin escribir. Es un tiempo de muy pocos textos nuevos y varias obras teatrales con adaptaciones de cuentos antiguos. Lo poco que escribí fue para la radio.