No me podía dormir. Son menos de las seis de la mañana y aquí estoy, haciendo cuentas. Desde principios de mes estamos viviendo con ciento cincuenta pesos que nos da el Nacho de su sueldo, cincuenta pesos que le sacamos al Américo de su jubilación sin que se dé cuenta y los doscientos diez que teníamos previstos para la dentadura postiza del Zacarías, que ya no le hace falta porque no tiene mayormente qué masticar.
Ahora la Sofi quiere poner una webcam en su pieza. Me lo dijo así, como si nada.