Estuvimos tres horas buscando al gato por todo el barrio, pero no aparecía. Al principio pensamos que se había escapado por culpa de los petardos de las Fiestas, pero después la Sofi descubrió la camiseta del Caio llena de pelos. Así que al Zacarías no le quedó otra más que torturar un poco al chico para que confesara.