Ayer el doctorcito V. estaba en medio de nuestra charla semanal y le dio la risa tonta, quién sabe por qué. Y un segundo más tarde se ruborizó, bajó la vista y creí oírle decir: «Corta, corta». Entonces supe que quizás todo sea una farsa. Como en el Show de Truman, por ejemplo. Comencé a pensar que tal vez este hospital sea un tinglado, un plató, y que nosotros, los treinta y dos enfermos, seamos quizás participantes de un reality. «Gran Enfermo», por ejemplo.