LUCAS.- (haciendo zapping) Ya me empieza a romper las pelotas todo este tema de los niños índigo.
ALEX.- ¿De los quién?
LUCAS.- Un libro que está leyendo mi vieja, que dice que algunos chicos de ahora venimos con capacidades especiales. Y se la pasa todo el día haciéndome preguntas, para ver si soy un “niño índigo”.
ALEX.- ¿Qué preguntas?
LUCAS.- Ayer me preguntó si soy conciente de mis emociones, la pelotuda.
ALEX.- (Con sorpresa) ¿Y qué le dijiste?
LUCAS.- Les escupí el puré de zapallo en la blusa, para que no me joda. (Después de una pausa) Me revienta que crea que soy un nene especial o algo.
ALEX.- Pero entre nosotros, Lucas, vos sos medio índigo, ¿no?
LUCAS.- (Apagando la tele con rabia) ¡Mirá si voy a ser índigo, gilastro! Nos conocemos de toda la vida, me extraña… ¿Vos sabés lo que hacen los pibes índigos?
ALEX.- No.
LUCAS.- (Enumera con los dedos mientras habla) Se emocionan, ven colores nuevos, detectan el aura humana… ¡Son putos!
ALEX.- Más bien parecen faloperos.
LUCAS.- Putos y faloperos, las dos cosas. Y a mí ya se me para la poronga casi todas las noches, Alex. Un indio, eso es lo que soy yo. Que mi vieja no me venga con cosas modernas… (Enciende la tele otra vez, más calmado) Además se agranda adelante de las amigas, y les cuenta anécdotas mías que me hacen quedar como un pelotudo.
ALEX.- ¡Ah, sí, mi vieja también hace eso! Qué forra… Los otros días yo estaba cagando solito en el baño y se me dio por limpiarme el orto en el bidet, pero no de puto, sinó porque estoy en la época de la curiosidad, para ver cómo funciona el mecanismo, y justo entra ella
LUCAS.- (Interrumpiendo) Cagaste, hermano.
ALEX.- Sí… Ahora no hay Dios que no sepa la anécdota de que ‘el nene se limpia el culo en el bidet’. Yo no sé qué gracia le encuentran las madres en andar contando las miserias de uno como si fueran graciosas…
LUCAS.- Para peor justo eso… Limpiarse el orto en el bidet, a vos se te ocurre nomás. ¿No serás índigo?
ALEX.- (Asustado, tocándose el pecho) ¿Vos decís?
LUCAS.- Qué se yo, usás el bidet, no se te para la poronguita, vas al jardín con esos pantaloncitos de corderoy… Andá con ojo, Alex.
ALEX.- (Quejumbroso) Eso me pasa por no tener la imagen paterna. Estoy meado por los perros por culpa de ser hijo de madre soltera, Lucas… Dos por tres me descubro mirando la novela de la tarde, y además no le encuentro el componente sexual a las nenitas de sala verde…
LUCAS.- (Palmeándolo con delicadeza) Estás en problemas, amigo mío.
ALEX.- ¿Vos pensás que me estoy volviendo sarasa?
LUCAS.- Se dice índigo.
ALEX.- Bueno, eso. ¿Vos pensás?
LUCAS.- (Luego de una pausa reflexiva) Sería jodido, porque sos mi mejor amigo, y eso me juega en contra ante la sociedad… (Piensa un momento) Por el momento digamos que sos especial: un chico sensible. ¡Pero tratá de hacer más quilombo en tu casa, Alex!
ALEX.- ¿Cómo qué?
LUCAS.- Qué se yo, proponéte romper algo de un pelotazo, aunque sea una vez a la semana.
ALEX.- El otro día le rompí un perfume a mi vieja…
LUCAS.- ¿Y qué hacías manipulando giladas de toilette?
ALEX.- Nada. Era para oler algo…
LUCAS.- (Enojado) ¿Ves? Esas son las cosas que me descolocan de vos. ¿Para qué mierda querés oler las cosas de las madres, mariconazo? Eso no te conduce a nada. Alex… Tratá de romper un vidrio con una tenaza, por ejemplo. Echáte un litro de vino en la ropa. Meá encima del tocadisco… Esas son cagadas de nenes machos.
ALEX.- (Sin demasiado énfasis) Bueno, voy a tratar. Pero es complicado cuando no tenés la imagen paterna en casa.
LUCAS.- ¡Qué rompebola que sos con la imagen paterna! Tenés que hacer todo lo posible, Alex, es por tu bien. Sinó te espera un futuro índigo. Acordáte.
ALEX.- La boca se te haga a un lado, Luquita. Con eso no se jode.
— (Telón)