Don Américo volvió de Europa muy cambiado, casi humano. Hace ya unos días que llora en un rincón, arrepentido de haber tratado tan mal a su esposa. No sabíamos qué hacer, hasta que la Negra Cabeza, que es medio bruja, dijo que podíamos invocar a mi suegra, la finada doña Franchesca, para que el Nonno le pidiera perdón.
No quiero hacer suspenso, corazones. Cuando no sabés cómo decir algo tenés que soltarlo y punto. Esta noche se murió José María, el novio del Nacho, y yo estoy que no puedo tenerme en pie.