Yo creo que la gente común le tiene miedo al «lavado de cerebro» por culpa de las sectas y de la película La Naranja Mecánica, pero en realidad no es algo tan malo. A mí me gusta que me laven el cerebro una vez por mes (ayer tocó), porque a la salida me siento mucho más liviano y con las ideas más claras. También un poco imantado, pero eso ya es otra cosa.