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Pausa
Empecé a escribir este cuento una mañana del 2012: yo vivía en Barcelona todavía y estaba en casa mirando un compilado de jugadas en las que Messi recibe faltas muy fuertes y nunca se tira ni se queja.
La respuesta rápida es por mi hija, por mi esposa, porque tengo una familia catalana. Pero si me preguntan en serio por qué sigo acá, en Barcelona, en estas épocas horribles y aburridas, es porque estoy a cuarenta minutos en tren del mejor fútbol de la historia.