Esta semana una periodista (de revista argentina cuyo nombre no develaré) me pide un reportaje. Le digo que bueno. Ya expliqué un día lo que cuesta responder mil veces lo mismo, y de lo agradable que resulta cuando esto no ocurre. Uno siempre espera algo de piedad; pocas veces te dan el gusto. Esta vez tampoco hubo suerte. La primera inquietud del cuestionario era la de siempre: ¿Cómo descubriste el mundo de los blogs? La tercera era peor: ¿Cuándo sentiste que eras un blogger? Pero lo más triste, ay, aún estaba por llegar.
Esta semana una periodista (de revista argentina cuyo nombre no develaré) me pide un reportaje....
Un amigo me confiaba vía mail que quería empezar un taller literario. «Estoy seguro que vos no creés en esas supersticiones», sospechaba en su correo, y la verdad es que tiene razón. Me resultó extraño este deseo en mi amigo, porque tiene una una prosa muy original y una bitácora excelente donde lo demuestra. Y yo realmente creo que escribir en un blog le hace mucho mejor al estilo de cada uno que cualquier cursillo en el que un facineroso te quiere transmitir lo inexplicable: el arte de contar historias.
Un amigo me confiaba vía mail que quería empezar un taller literario. «Estoy seguro que...