Tuve la suerte de conocer al poeta Salas y ahora, que está muerto, me siento más cómodo para contar algo que pasó al final de su vida. Él impartía técnicas sobre Literatura y Derecho en la Universidad de Buenos Aires y un día apareció en sus clases una alumna prodigio de trece años, a punto de recibirse. ¡De trece años! Esta chica a los siete había terminado la educación primaria, un tiempo después el bachillerato y a los once había empezado la carrera de abogacía.
Tuve la suerte de conocer al poeta Salas y ahora, que está muerto, me siento...