Los españoles son de Marte, los argentinos de Venus
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España, decí Alpiste

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¿Nosotros somos profundos y ellos son básicos? ¿O ellos son prácticos y nosotros vuelteros? Las diferencias entre argentinos y españoles se resumen en cuatro temas esenciales: las artes, el fútbol, el tiempo y el sexo. En este estudio de campo, ofrecemos un pantallazo general de dos razas que se han pasado la vida intentando (sin suerte) entender el mundo.

Las Artes: Diálogo en una librería argentina

LIBRERO: —¿Te puedo ayudar?

CLIENTE: —Busco algo de Camilo José Cela, ¿qué me podrías recomendar?

LIBRERO: —A ver, a ver, si nunca lo leíste yo te diría que empieces de abajo, con Pascual Duarte o Pabellón de Reposo.

CLIENTE: —No, no, Pascual Duarte lo leí en la escuela y me pareció muy lineal. Estoy buscando algo más experimental, no sé, más de la última época.

LIBRERO: —Entonces lleváte Mazurca para dos muertos, que lo vas a pasar bárbaro.

CLIENTE: —¿Es novela?

LIBRERO: —Sí, ¿vos buscabas otra cosa?

CLIENTE: —Me dijeron que también es muy buen ensayista.

LIBRERO: —De lo mejor en lengua castellana. ¿Por qué entonces no llevás la recopilación de artículos periodísticos de El Mundo? Es para cagarse de risa, es un tipo muy cínico, muy impresionante.

CLIENTE: —Dale, me llevo la novela y los ensayos. Después cualquier cosa vengo y busco más.

Las Artes: Diálogo en una librería española

LIBRERO: —Diga usted.

CLIENTE: —¿Tiene algo de Camilo José Cela?

LIBRERO: —Sí, hombre. Nos acaba de llegar la biografía no autorizada que ha escrito su sirvienta, que lo pone a parir.

CLIENTE: —¿Y es buena?

LIBRERO: —El libro no lo he leído, pero esta señora aparece en los programas de la tarde y dice cosas terribles de Cela, así que el libro ha de ser cojonudo.

CLIENTE: —¿Y la sirvienta está a favor o en contra de la segunda esposa?

LIBRERO: —¡En contra, claro! Si es una guarra que se ha casado con él sólo por la pasta… Fíjate si le va el dinero, que ahora ella está a punto de editar una biografía no autorizada sobre la vida de la sirvienta, que parece que va a ser best-seller.

CLIENTE: —Entonces me llevo el que ha escrito la sirvienta, y me reservas el que ha escrito la segunda esposa, que también tiene su morbo…

LIBRERO. — Vale. ¿Y de Cela mismo va a querer algo?

CLIENTE: —No, yo creo que con estos dos ya me hago una idea. No se puede esperar nada de un escritor que se ha casado con semejante guarra.

El Fútbol: Dos hinchas argentinos en la tribuna

UNO: —El ocho de ellos se parece al Pulga Merino.

OTRO: —¿El que jugaba en All Boys?

UNO: —No, ése era el Pulguita. Yo digo el padre, que jugó en San Lorenzo en el 74.

OTRO: —Cierto. Pero éste se desmarca mejor y triangula más.

UNO: —Arranca de stopper y después se convierte en nueve mentiroso. Es hábil.

OTRO: —Habría que verlo en una defensa de tres, o en un cuatro-cuatro-dos.

UNO: —Sí, porque va bien por derecha pero cuando desborda el cinco de ellos, se ralentiza un poco.

OTRO: —Es que los pibes de ahora son más de esconder el cuerpo.

UNO: —¿Cuánto falta?

OTRO: —Veinte minutos. Habría que que abrir un poco la diagonal.

UNO: —No entiendo por qué se empecinan en la marca hombre.

El Fútbol: Dos hinchas españoles en la tribuna

UNO: —Mira, mira… ¡Ha saltado al campo el Ronaldinho!

OTRO: —¡Ostia! Siempre se ríe ese tío.

UNO: —Venga, prepárate que allí viene la ola.

AMBOS: —¡Oooooolaaaaaaaa!

El Tiempo: Una sobremesa familiar argentina

PADRE: —¿Llueve?

HIJA: —No; es mamá que está regando las plantas.

PADRE: —Ah.

El Tiempo: Una sobremesa familiar española

PADRE: —¿Llueve?

HIJA: —No, pero ha dicho el hombre del tiempo que mañana se prevén chubascos en el cantábrico, nordeste de Castilla, Navarra, La Rioja, norte de Aragón, centro de Catalunya y sur de la Comunidad Valenciana.

PADRE: —¡Me cagüen la mar! Habrá que salir con paraguas…

HIJA: —Va a ser que sí, porque los chubascos serán localmente moderados y ocasionalmente con tormentas, aunque me ha dicho la señora de abajo que irán remitiendo a lo largo del día.

PADRE: —¿Pero entonces qué es eso que se oye, si no es lluvia?

HIJO: —Es la mama, que está regando las plantas.

PADRE: —Dile que entre, que ya se ven los intervalos nubosos.

El Sexo: Una pareja argentina en la cama

ELLA: —Tengo la libido un poco alta.

EL: —¿Estás siendo subliminal?

ELLA: —No, en serio. Debo estar somatizando.

EL: —No seas hipocondríaco.

ELLA: —¡Qué! ¿Me estás analizando?

EL: —Nada que ver, persecuta…

ELLA: —Masoca de mierda, cuando vos estás depre yo te banco.

EL: —Ahora no me sicopatiés.

ELLA: —¿Por qué te ponés a la defensiva?

EL: —No, boluda, pero me paranoiquiás.

ELLA: —Porque la vas de histeriquito.

EL: —¿Ves? Ya te entró la neura.

El Sexo: Una pareja española en la cama

ELLA: —¿Follamos, Manuel?

EL: —Mejor mañana, Pili.

ELLA: —Vale.

Hernán Casciari