Los del GIFAD son muy persistentes y cabezaduras. Hace como mil años que no ven gran cosa, pero sin embargo encuentran pruebas en todas partes. Como son de campo, cada vez que se muere un ternero le echan la culpa a los extraterrestres, y van a visitar al cadáver vestidos de astronautas, como indica la foto:
Yo les juro por los santos evangelios que no es chiste, y si no pongo más fotos es porque las demás son desgarradoras, pero aquí está web que no me deja mentir. Yo siempre, de chiquito, quise ser del GIFAD y andar vestido de astronauta por las estancias mercedinas, más que nada para asustar a los gauchos, que son gente muy sugestiva. Pero cuando crecí descubrí la verdad yo solito, y hoy quiero compartirla con ustedes.
Según mis estudios, los extraterrestres somos nosotros mismos en el futuro; es decir: son nuestros bisnietos, que están paseando en plato volador por esta época. ¡Por eso son tan esquivos! Resulta que en el futuro —asumiendo que la teletransportación ya es un hecho consumado— va a estar prohibido relacionarse con la gente antigua en los viajes temporales, dado que estos contactos, peligrosísimos, provocarían realidades paralelas, duplicación del instante y otros muchos contratiempos (nunca mejor usada la palabra).
¡Pero ojo! Mi teoría se basa en muchas otras cosas. Una de ellas es que los extraterrestres suelen aparecer en momentos claves de la historia. En su cuaderno de bitácora, Cristóbal Colón apunta (hacia las 22 horas del 11 de Octubre de 1492), que tanto él como otro tripulante de su carabela pudieron divisar «una luz trémula a gran distancia», la cual se desvanecía y volvía a aparecer reiteradamente.
¿Puede ser tanta la causalidad? ¿No es más probable que haya sido un contingente escolar del futuro, de excursión por la historia, en vez de unos selenitas, los extraños acompañantes voladores del intrépido genovés?
El tema de las abducciones y desapariciones de personas es otro punto fuerte de mi teoría. Para mí, la gente que es chupada por un ovni se va a mandar alguna cagada grande, y los del futuro lo que hacen es prevenir, como dios manda.
Por ejemplo: un tipo está a punto de coger con una señora y nueve meses después nacerá un pequeño Hitler. Entonces vienen los del futuro y lo abducen al padre, para que no coja. Lo podrían castrar que sale más barato, es verdad, pero quién sabe si después el castrado no va y adopta. Los del futuro suelen estar en todo.
A muchos no les queda claro (al evaluar mi esclarecedora teoría) por qué los extraterrestres hacen esos pictogramas tan raros en los campos de trigo. Creo acercarme a la verdad si digo que quienes trazan esos círculos perfectos son los bisnietos de los dueños de los campos, conocedores de que luego el antepasado cobrará un dólar la visita. ¡El negocio es redondo, como los dibujitos! Si yo pudiera volar al siglo XIX, haría un par de garabatos de ésos en el patio de los Casciari, para fomentar el turismo mercedino y que mi familia haga unos mangos. Así que ahí está la explicación.
Tengo muchas más pruebas irrefutables para convencer a la ciencia de que los extraterrestres somos nosotros mismos. Pero no quiero aburrirlos a ustedes con más certezas, primero porque estaría haciendo alarde de mi inteligencia, y segundo porque sospecho que ya los convencí hace rato.
Yo lo que quiero no es la gloria. No me importa que cuando descubran que tengo razón le pongan mi nombre a una calle. Lo único que quiero es estar vivo para verlo… A mí, la verdad, me genera mucha más ansiedad conversar con mi bisnieto que con un desconocido de Júpiter, con el que no tengo el menor lazo sanguíneo ni muchos temas de conversación.
Esto que escribo es muy peligroso, de todas maneras. Si el lunes no encuentran un nuevo artículo en Orsai, es posible que ellos no hayan querido que se sepa la verdad, y que este fin de semana me secuestren, me chupen o me cercenen, como a los terneros mercedinos. Si eso ocurre, por favor avisen al GIFAD y a mi familia.
(Es increíble lo que puede llegar a hacer un cobarde como yo, cuando lo que está en juego es el bien común y la verdad).