Play
Pausa
Querido nieto, ojalá alguien te muestre esto cuando cumplas doce, trece años. Me hubiera gustado tener esta charla con un hijo varón, pero solamente tuve mujeres; una de ellas, tu madre. Así que hablo con vos. También me hubiera gustado conocerte, pero ya ves, los abuelos gordos y fumadores duramos poco. Además, las personas se conocen de verdad con la costumbre de los días. No tendremos —no vamos a tener— esa suerte. Yo no te voy a conocer.
Entre muchas otras cuestiones, el doctorcito V. me pregunta (documento en mano) si deseo donar mi cuerpo a la ciencia.
—¿Ahora?
—No, hombre —me dice—. Después de muerto.