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Pausa
Esto me pasó a finales de 2002. Yo estaba en Madrid, hacía menos de un año que vivía en España, y ya extrañaba un montón Buenos Aires. Tenía un trabajo nocturno bastante aburrido, y esa noche me estaba yendo a trabajar. Eran las dos de la madrugada. Iba tranquilo por la calle, escuchando música con los auriculares. Escuchaba tango, porque cuando vivís en Europa y es de noche siempre escuchás tangos para sentirte peor.
Una doble campaña publicitaria —con tintes de revolución religiosa y conmoción vehicular— ha ganado las calles de Barcelona, Málaga y Madrid. Desde hace ya tres semanas puede verse, en los laterales de los colectivos de línea españoles, una publicidad enorme que dice, textualmente en letras mayúsculas, rojas y negras: «Probablemente Dios no existe; deja de preocuparte y disfruta de la vida».