Hace poco rescaté de la basura una Léxicon 80 flamante y pesada. Había cuatro, esperando que pasara el camión de la basura, pero sólo me traje una para que Cristina no me tomara por loco. Si hubiera vivido solo me las traía a todas, porque la máquina de escribir es, de las cosas que no respiran, lo que más quiero en este mundo.