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Pausa
Hace unos cuantos meses me llamó a casa Luis Rull, uno de los organizadores del EBE 2008, para invitarme a dar la charla final, la que cerraría el evento. Como Luis es muy previsor, me llamó en abril o en mayo; hace muchísimos meses. Y posiblemente lo hizo de esta manera, tan anticipada, porque sabe que únicamente digo que sí a las propuestas remotas. Digo que sí a cualquier cosa que me propongan de aquí a seis meses, porque me resulta muy complicado encontrar una excusa creíble.
Escribo esto la tarde del veintisiete de octubre de 2014, mientras espero que Mauro se olvide de pagar la cuota trienal del dominio Casciari.com. No creo que ocurra, porque es un tano muy despierto y metódico, pero por las dudas tengo la tarjeta de crédito a mano. Ya hice guardia vana en 2008, en 2011 y me toca de nuevo hoy. Pero esta vez no estoy solo en la trinchera: me acompaña mi hija.
Estoy en San José de Costa Rica y llueve. Acabo de pedir un café y abro la portátil. De repente aparezco etiquetado en una foto de Facebook y pienso que se trata de un error, porque a primera vista no me veo en la imagen. Es nomás un segundo, menos incluso de un segundo, hasta que entiendo. Me quedo mirando la foto con los ojos abiertos y sin pestañear; pasa un rato, después otro rato, y mi gesto sigue congelado.
¿En qué se parece Racing a Pinochet? En que los dos llevan gente a los estadios para torturarla. Esto, técnicamente, es un chiste. Pero hay veces en que el humor resulta refrescante para un grupo, pero ofensivo y doloroso para otro.