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Pausa
Mi mamá, Chichita, tenía unas primas más jóvenes que ella. Y, como eran solamente un poco mayores que yo, las llamé siempre mis primas. Yo las veía una vez por mes, en San Isidro. Mis primas trabajaban para Charly García. Es decir que la primera vez que escuché un disco de Charly, en realidad, escuché el disco del jefe de mis primas.
Hubo un tiempo en que a las personas que compartían una misma lengua en diferentes regiones (México, Argentina, España) les resultaba imposible, o por lo menos carísimo, conversar.
Hay muchas cosas que no soporto, muchas más de las que puedo poner con palabras en un papel. El té con leche, la música joven, los libros de magia, el rinoceronte, etcétera. Pero lo que más odio, con toda la fuerza de mi alma, es el calor.
A veces tengo la sensación de que algunas cosas que hago ya las he hecho antes. Es extraño, sí, pero me ocurre cada día, sobre todo cuando estoy en el baño, sentado en el retrete... Me da la impresión de que eso ya lo hice antes. Es el mismo olor, el mismo sonido, la misma descompostura.
Lo diré claramente y sin preámbulos: si no hubiera sido por la música me habría suicidado en este hospital o en cualquier otro. No; no es una metáfora. Si no fuese por la música (la que compongo, la que escucho, la que pienso) yo no estaría ahora mismo aquí. La música es lo único que comprende mi cabeza en cualquier estado. No importa si estoy depresivo, ansioso, contento, aletargado o zombi. La música es un algodón que emparcha los huecos del silencio, cuando el silencio me aterra. Si me dieran a elegir entre la música y la comida (que es mi otro gran amor) me iría cantando muerto de hambre hasta el fin del mundo.
Hay una muchacha, la Betty, que tiene un blog muy pituco(1) en donde todos los viernes hace cinco preguntas para todo el mundo. Y como ya he recibido como cuatro mails de gente para que participe, aquí estoy, contestando las preguntas que hizo la Bety este viernes.
Esta mañana el Zacarías se encontró en la calle una caja llena de casetes de los de antes, se puso a revolver a ver si había algo bueno y se trajo cinco: Iva Zanicchi, Serrat, Rosanna Falasca y dos de popurrí de boleros de los Cava Bengal.