Hay un test de treinta y seis preguntas que se puso de moda hace unos años. Lo escribió un profesor de psicología que se llama Arthur Aron y (según la superstición) si dos personas que no se conocen responden esas preguntas mirándose a los ojos, con sinceridad y sin apuro, se enamoran perdidamente. Como yo estaba pasando una época de crisis me encerré en el baño y me hice las treinta y seis preguntas frente al espejo, para ver si por lo menos me reconciliaba un poco conmigo mismo.
Hay un test de treinta y seis preguntas que se puso de moda hace unos...
Mi relación con las chicas que te quieren vender cosas por teléfono empezó hace un par de años, y fue un comienzo descorazonador. En Argentina estos llamados no eran una plaga (como lo son aquí) y yo no estaba acostumbrado a defenderme. La primera vez que me quisieron vender algo, mandé a la operadora a la concha de su madre y colgué, como dios manda. Error: a los dos minutos la chica me llamó de nuevo, y estaba llorando.
Mi relación con las chicas que te quieren vender cosas por teléfono empezó hace un...
Hasta hace quince años no había otra manera de mentir más que en directo. El correo tardaba demasiado y, aunque uno bien podía ser un cretino epistolar, ¿qué sentido tenía mentir por carta si, cuando el engaño llegaba a destino con sus patas cortas, la verdad había arribado antes por teléfono? Pero en este siglo, para alegría de todos, llegó el mayor transmisor veloz de la mentira: el mail.
Hasta hace quince años no había otra manera de mentir más que en directo. El...