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Pausa
La mitad de los Bertotti ya volvieron de la cárcel y ahora la familia está resquebrajada pero junta. Parecemos un jarrón pegado a las apuradas y vuelto a poner arriba de la mesa. El Caio no se habla con su abuelo; el Zacarías no se habla con su padre; don Américo habla con todo el mundo pero en un italiano tan cerrado que parece que hablara ruso, o el idioma de Julio Iglesias. Hablar en dialecto milanés es su forma de protestar.