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Pausa
Pobre Messi. Esta semana, después del partido con Alemania en Múnich, la prensa española tituló con mala leche: «Argentina hunde a Messi». Que en idioma más neutro sería decir que un equipo gris no deja lucir al niño mimado, a la luz de sus ojos.
Hace diez años que vivo en España, a miles de kilómetros de casa. Cuando estás lejos, una forma de no perder tu identidad es subrayar delante de los nativos las virtudes de la propia tierra. Se llama chovinismo, pero también se llama orgullo.
Según cuenta la gente vieja, la rivalidad entre Mercedes y Luján empezó en los años cuarenta, cuando las dos ciudades eran de lo mejorcito del básquet argentino. En esa época, parece ser, nació un odio racial que dura hasta nuestros días.