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Pausa
Con los años se aprende que no importa el fútbol: lo que importan son los preinfartos de los que te salvás. Es decir, los recuerdos imborrables que vas a atesorar para contarles a tus nietos.
Menos de once segundos antes, cuando el jugador argentino recibe el pase de un compañero, el reloj en México marca las trece horas, doce minutos y veinte segundos. En la escena central hay también dos británicos y un hombre algo mayor, de origen tunecino. El deporte al que juegan, el fútbol, no es muy popular en Túnez. Por eso el africano parece el único que no está en actitud de alarma atlética.
La primera vez que pensé en el futuro fue una tarde de invierno de 1978, en la platea de la cancha de River. Paolo Rossi acababa de meterle un gol a Austria. Era la primera vez que yo estaba en un Mundial, y la suerte había querido que fuera en casa. Me resultó conmovedora esa fiesta de los ojos, todos aquellos gritos y colores, y le pregunté a mi papá cada cuánto tiempo habría mundiales en la vida.