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Pausa
En las últimas semanas la prensa española se hizo eco de las incidencias, detalles y comidillas del último fenómeno de la televisión argentina: «Gran Cuñado».
Aquí en España, con gran certidumbre, los lectores abren las páginas del periódico los 28 de diciembre esperando que una de las noticias de portada resulte falsa.
Las imágenes violentas que ocurren en las escuelas del mundo se ven, ahora, por la tele: un alumno italiano manosea a su profesora ante la burla cómplice de sus compañeros; dos chicas, en un aula de México, se golpean hasta sacarse sangre (pero ninguna llora); una docente argentina lleva el pelo en llamarada mientras un estudiante escapa, encendedor en mano...
Dos tragedias similares, aunque con desenlaces distintos, ocurrieron ayer en Argentina y España a causa de la tradicional costumbre que tienen los adolescentes de burlarse de los compañeros de aula más introvertidos o estúpidos o deformes. En Buenos Aires, un nerd asesinó a cuatro compañeros; en San Sebastián, un chico que siempre era blanco de las burlas saltó desde un sexto piso y se mató.