Durante este año intento escribir un cuento por semana en el programa de radio Perros de la calle, para compilar un libro que saldrá en diciembre, si hay suerte.
En esta época me dediqué a actualizar mi blog y crear versiones sonoras de mis historias. Mis libros comienzan a tener un código QR con el audio porque ya somos más oyentes que lectores.
Después de siete años sin escribir de manera periódica, pedí a los oyentes de la radio temas cada viernes por la mañana y escribí historias nuevas, que compilé en Cuentos contra reloj. ¡Gran alivio!
En mi séptimo año sin escribir, todo indicaba que ya no lo haría nunca más. Pero a finales de diciembre pasó algo que me devolvió los dedos a las teclas. Hay solo una historia en esta época, y es única.
Entré en mi sexto año de sequía narrativa y me dediqué a compilar versiones breves y coloquiales de mis historias para ser leídas en menos de cinco minutos. Así nació el libro Una playlist de 125 cuentos.
En medio de la pandemia encontré viejos textos escritos en el siglo veinte. Los leí los sábados, en más de cuarenta streamings, y los compilé en un libro al que llamé Los consejos de mi abuelo facho.