Hay 0 resultados sobre la vergüenza

18 Feb

Tengo infinidad de recuerdos infantiles alrededor del tema. Elijo uno al azar. Una vez, en un recreo, alguien notó que yo tenía tetas. Y otro, que estaba en el mismo grupo, dijo: «Tenés suerte, Gordo, podés tocar una teta cuando quieras». Me lo dijo de verdad, no era un chiste. Esa mañana yo tenía siete años y estaba enamorado de Paola Soto. A la noche me miré al espejo y me pregunté cómo era posible tener más tetas que el amor de mi vida. No me pareció bueno experimentar el romanticismo en desventaja.

Tengo infinidad de recuerdos infantiles alrededor del tema. Elijo uno al azar. Una vez, en...
Renuncio

3 Jul

La última vez que estuve en Buenos Aires fue hace cinco años. No existía la Nina, ni yo sabía qué cosa era un blog. Estuve allí veinte días en los que, sin saberlo, abracé a mi abuela Chola por última vez. También conversé con gente que quiero, padecí a Racing en directo y pisé Mercedes. Llegué a Ezeiza con un presidente y me volví a Barcelona con otro. Al regresar pasaron dos cosas, al mismo tiempo, que abrieron un círculo en mi vida: empecé a escribir unos cuentos en internet y Cristina me dijo que estaba embarazada.

La última vez que estuve en Buenos Aires fue hace cinco años. No existía la...
Inéditos

6 May

Ya de entrada caí mal parado. Vine al mundo justo el año en que todos éramos más pobres que de costumbre, cuando hasta los ricos y los catinga estaban también con hambre. A esa época después la iban a bautizar como el tiempo del quita y pon. Nací justo el año que el Gobierno mantuvo a la gente ocupada con el azadón para evitar los alborotos. Todos hacían trabajo inútil: los cabeza de familia, sus mujeres, y los hijos de ocho en adelante. Yo no hacía esos trabajos porque estaba recién nacido.

Ya de entrada caí mal parado. Vine al mundo justo el año en que todos...
Los consejos de mi abuelo facho

31 Ene

Cuando ocurre algo que nos llena de vergüenza o de humillación, la frase típica es «trágame tierra». Pero como yo creo muy poco en los milagros geológicos, cuando algo me da vergüenza solamente pido que se corte la luz. La oscuridad como escudo es igual de eficaz que un terremoto, pero mucho más probable (por lo menos en los países mediterráneos). En vez de «trágame tierra» yo suplico «córtate electricidad» o, si estoy en el patio «eclípsate, sol». Casi nunca pasa nada, pero siempre tengo a mano el plan B: «Abajo, párpados». Este último funciona siempre.

Cuando ocurre algo que nos llena de vergüenza o de humillación, la frase típica es...
Seis meses haciéndome el loco

27 Abr

Desde los tres años de edad empecé a desarrollar una patología muy extraña, casi perversa, fruto de algún complejo o trauma no resuelto. No sé bien por qué hacía aquello. Nunca lo supe, pero tampoco era capaz de evitarlo. Lo que me ocurría podría definirse como un tic, pero no lo era. Podría excusarse como una gracia infantil, pero tampoco era eso. Me pasó durante años, y lo sufrí en silencio hasta hoy, que lo diré en público, a pesar de que todavía me causa un poco de vergüenza recordarlo: en la infancia yo arruinaba las fotos. Todas las fotos. Y nada ni nadie podían detenerme.
Desde los tres años de edad empecé a desarrollar una patología muy extraña, casi perversa,...
Inéditos

5 Abr

Todos los esfuerzos que hice en la vida para que Roberto Casciari no me creyese puto acaban de desvanecerse. También se han hecho trizas mis posibilidades de ser un escritor serio. He perdido la oportunidad de ser un hombre y de ser un intelectual. Y todo ha ocurrido hoy, qué día más negro. Esta mañana vinieron unos fotógrafos y me disfrazaron de Mirta Bertotti para salir en la revista dominical con mayor tiraje en España. Me pintaron los labios, me compraron un vestido floreado, me pusieron una peluca y me obligaron a planchar y a hacer cosas de señora.
Todos los esfuerzos que hice en la vida para que Roberto Casciari no me creyese...
Inéditos

25 Feb

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Pausa
Las pocas veces que he tenido que ir a un almuerzo de negocios (la última de estas desgracias ocurrió hace un mes), se ha dado una situación que me aterra. Es cuando llega el camarero del vino y sirve un poquito en mi copa para que dé el visto bueno. Es entonces cuando el mundo se detiene, la vida del restaurante se congela y, como en los cuentos de Poe, sólo se oye a mi corazón —cataplóm, cataplóm— galopar en pánico desbocado.
Las pocas veces que he tenido que ir a un almuerzo de negocios (la última...
Charlas con mi hemisferio derecho

25 Oct

Mi relación con las chicas que te quieren vender cosas por teléfono empezó hace un par de años, y fue un comienzo descorazonador. En Argentina estos llamados no eran una plaga (como lo son aquí) y yo no estaba acostumbrado a defenderme. La primera vez que me quisieron vender algo, mandé a la operadora a la concha de su madre y colgué, como dios manda. Error: a los dos minutos la chica me llamó de nuevo, y estaba llorando.
Mi relación con las chicas que te quieren vender cosas por teléfono empezó hace un...
España, decí Alpiste

18 May

Sí. Yo escribía poesía en mi adolescencia. Sonetos y verso libre. Escribía muchísimos poemas de diversa índole, y los escondía con habilidad para que mi papá no me pensara poco hombre. Siempre tuve mucho cuidado de que Roberto Casciari no sospechara, por eso hice rugby, básquet, tenis, voley y cualquier cosa con pelota, durante sacrificados años.
Sí. Yo escribía poesía en mi adolescencia. Sonetos y verso libre. Escribía muchísimos poemas de...
Inéditos

27 Abr

Hasta hace una semana Cataluña y sus costumbres me importaban un carajo, pero ahora que tengo descendecia nativa me estoy empezando a interiorizar por esta raza. Y he descubierto algo increíble: los argentinos hemos recibido de esta gente dos herencias fundamentales: la forma de pronunciar piyama y el pito catalán.

Hasta hace una semana Cataluña y sus costumbres me importaban un carajo, pero ahora que...
España, decí Alpiste
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