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Pausa
Yo creo que la gente común le tiene miedo al «lavado de cerebro» por culpa de las sectas y de la película La Naranja Mecánica, pero en realidad no es algo tan malo. A mí me gusta que me laven el cerebro una vez por mes (ayer tocó), porque a la salida me siento mucho más liviano y con las ideas más claras. También un poco imantado, pero eso ya es otra cosa.
Esta noche, viajando en el N-6, pensaba en la siguiente metáfora: «Fulano caminaba por la calle con la seguridad y el alivio de aquellos a quienes se les ha destapado la nariz después de cuatro meses». Me pareció gracioso el recurso, más que nada porque en la metáfora misma había una pequeña historia escondida: la de un grupo de gente que anda toda una época con la nariz tapada y de un día para el otro, ¡zas!, otra vez el aire a los pulmones y a caminar por la vereda sacando pecho.