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Pausa
Hay una licencia poética latinoamericana que al español medio le gusta poco, y tiene que ver con la utilización del gentilicio ‘gallego’. No solo se enfadan por incomprensión de sinécdoque (ese tropo por el cual representamos la parte por el todo) sino que también se molestan porque en algunos países la palabrita es sinónimo de tonto o poco espabilado. Es decir, se enojan también por incomprensión de metonimia.
Cuando uno llega a España no entiende muchas costumbres, pero creo que la más terrible (por encima del terrorismo y el tamaño ridículo de los yogures) es por qué insisten en descuartizar a la vaca muerta sin pedir consejos. ¿Por qué reinciden en el corte transversal paralelo al nervio, si ya saben que así no es? ¿Por qué el carnicero finge no saber qué significa «colita de cuadril» cuando es obvio que sí lo sabe, y pone cara fastidio cuando un cliente, nacido en un país ganadero y democrático, le pide un kilo?