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Pausa
La última publicidad institucional de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles, que también se preocupa de otras deficiencias) tiene por objetivo hacerle comprender a la sociedad ibérica, en general tan descreída, lo bien que se adaptan los discapacitados a su entorno.
Cuando uno llega a España no entiende muchas costumbres, pero creo que la más terrible (por encima del terrorismo y el tamaño ridículo de los yogures) es por qué insisten en descuartizar a la vaca muerta sin pedir consejos. ¿Por qué reinciden en el corte transversal paralelo al nervio, si ya saben que así no es? ¿Por qué el carnicero finge no saber qué significa «colita de cuadril» cuando es obvio que sí lo sabe, y pone cara fastidio cuando un cliente, nacido en un país ganadero y democrático, le pide un kilo?