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Pausa
La nueva y más flamante pesadilla del europeo, por pura casualidad del destino, es hoy un grupo incierto de africanos oscuros, subidos a una embarcación, intentando —por mar— sacar algún provecho de la riqueza ajena.
Ya de entrada caí mal parado. Vine al mundo justo el año en que todos éramos más pobres que de costumbre, cuando hasta los ricos y los catinga estaban también con hambre. A esa época después la iban a bautizar como el tiempo del quita y pon. Nací justo el año que el Gobierno mantuvo a la gente ocupada con el azadón para evitar los alborotos. Todos hacían trabajo inútil: los cabeza de familia, sus mujeres, y los hijos de ocho en adelante. Yo no hacía esos trabajos porque estaba recién nacido.