Tras meses sin escribir ficción, regresé al blog Orsai para informar mi renuncia a periódicos y editoriales de la industria. Inicié una comunicación semanal sobre un nuevo proyecto autogestivo.
Un estudio indica. Otro revela. Otro asegura. En su afán por confundirse con el cambalache de internet, la mala prensa aprovecha el verano para perder el norte.
Leí esta semana que Benedicto XVI se reunió con Susanna Maiolo, la muchacha italiana que, mientras se celebraba en Roma la Misa de Gallo pasada, se le tiró encima y lo hizo caer. ¡Y la perdonó!
Hace diez años que vivo en España, a miles de kilómetros de casa. Cuando estás lejos, una forma de no perder tu identidad es subrayar delante de los nativos las virtudes de la propia tierra. Se llama chovinismo, pero también se llama orgullo.
El año pasado, una serie norteamericana muy famosa hizo aparecer a uno de sus personajes leyendo una novela de Bioy Casares. La serie se llama Lost, y la novela de Bioy es La invención de Morel.
Leo en la prensa económica que, entre las varias empresas que tienen pensado salir a bolsa este año, se encuentra Polaroid, y me sorprende leer el nombre de esa marca tantos años después, justo ahora que la fotografía doméstica se ha convertido en una colección infinita y sin sentido.
Aquí en España existe una organización que se llama OCU —Organización de Consumidores y Usuarios— que intenta, casi siempre con poca suerte, defender a las personas comunes de los despropósitos de las grandes empresas de servicios.
Hay una licencia poética latinoamericana que al español medio le gusta poco, y tiene que ver con la utilización del gentilicio ‘gallego’. No solo se enfadan por incomprensión de sinécdoque (ese tropo por el cual representamos la parte por el todo) sino que también se molestan porque en algunos países la palabrita es sinónimo de tonto o poco espabilado. Es decir, se enojan también por incomprensión de metonimia.
Pobre Messi. Esta semana, después del partido con Alemania en Múnich, la prensa española tituló con mala leche: «Argentina hunde a Messi». Que en idioma más neutro sería decir que un equipo gris no deja lucir al niño mimado, a la luz de sus ojos.
Según aparece esta semana en la prensa, la pregunta más buscada en Google, con más de sesenta y ocho millones de resultados, es «cómo se hace el amor».
Hubo un tiempo en que a las personas que compartían una misma lengua en diferentes regiones (México, Argentina, España) les resultaba imposible, o por lo menos carísimo, conversar.